¿Cuáles son las primeras palabras que te vienen a la mente cuando piensas en legado? Ésta fue una de las preguntas formuladas durante el evento organizado a finales de abril, a través de una alianza entre Movimento Bem Maior y Banco Santander. "Legado" contó con grandes nombres que están repensando la filantropía en Brasil, generando conversaciones que ayudan a comprender la situación actual del país y ver posibles caminos y soluciones para revitalizar el trabajo de emprendedores y organizaciones sociales.
Al público que llenó el Teatro Santander, en São Paulo, o estuvo con nosotros online, se le preguntó cuál era su idea sobre el legado. Las respuestas más repetidas fueron: futuro, propósito, historia, amor, herencia, impacto y transformación. El cofundador del Instituto Tellus, Germano Guimarães, presentó una importante reflexión: "cuando pensamos en multiplicar el impacto social, las organizaciones de la sociedad civil tienen el papel de promover la innovación para generar transformación social".
El tercer sector no tiene la fuerza económica para reemplazar las acciones del Estado, pero debe y necesita ayudarlo a mejorar su desempeño. Las organizaciones sociales deben probar, experimentar y ser más atrevidas para validar proyectos. Así, las buenas ideas que surjan pueden influir en las políticas públicas, creando un efecto multiplicador.
Creo que las organizaciones sociales tienen el poder de crear un gran polo de innovación social en Brasil. Basadas en experiencia técnica, procesos de gobernanza transparentes y bien diseñados, y acceso a fuentes recurrentes de recursos, estas iniciativas se desarrollan y dedican a explorar nuestro poder humano para resolver desafíos sociales complejos.
Si queremos crear un futuro mejor, ahora es el momento de actuar. Como dijo el doctor Drauzio Varella, uno de los ponentes de Legado, sobre su experiencia como voluntario penitenciario: "O atacamos el problema o no tendremos solución como país. O dejaremos un país absurdo a nuestros nietos".
Este encuentro de filantropía reunió a líderes, directivos, empresarios, emprendedores sociales y miembros de organizaciones sociales. Fue una sacudida de conciencias, para difundir la cultura de la donación y reforzar que todos tenemos la tarea de evitar que salgamos para el futuro de un "país absurdo". Otro punto destacado fue la necesidad de practicar la filantropía de manera organizada para lograr resultados escalables.
El fundador de Cyrela y del Movimiento Bem Maior, Elie Horn, afirmó que hacer el bien es una obligación moral, cívica y pública. "La voz silenciosa del bien tiene que hablar más fuerte. Tenemos que exigir que Brasilia respete los derechos sociales y nunca habrá regresión en este sentido", nos enseñó Elie Horn.
Cuando terminé la reunión, quería hablar sobre opciones. De optar por reducir las desigualdades. Una elección que debe ser individual y colectiva, y actuar hoy con intencionalidad. Necesitamos ser conscientes de que cada una de nuestras acciones, así como nuestras omisiones, están dando forma al futuro de la sociedad en la que vivimos. ¿Qué legado dejaremos?
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