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El desafío de crear sistemático, sistémico y sostenible

3 minutos de lectura

Por Movimento Bem Maior

diciembre de 2021
El desafío de crear un cambio sistemático, sistémico y sostenible">

Resolver un problema requiere, ante todo, una visión amplia del escenario global. Vivimos un período de transición, estamos superando los momentos de agravamiento de la pandemia y el apogeo de la crisis, pero aún tenemos grandes desafíos para buscar volver a las cuestiones sociales, climáticas, de salud y de confianza.

Debemos asumir la responsabilidad de reconocer esta interseccionalidad de cuestiones que abarcan sectores. No podemos ignorar el contexto general y centrarnos en algunos problemas específicos. El compromiso filantrópico no debe ser sólo caritativo o técnico. La situación requiere tener presente que ya estábamos viviendo una urgencia en el país, con dificultades estructurales y una desigualdad social sin precedentes. La pandemia ha provocado una emergencia sin precedentes.  

En este contexto, revisar el papel de la filantropía para ampliar su alcance es nuestro mayor desafío, permitiendo crear cambios sistemáticos, sistémicos y sostenibles. El proceso incluye un análisis de las competencias que tenemos como actores del sector y cómo utilizarlas, así como iniciativas que generen resultados efectivos, con nuevas soluciones, metodologías y herramientas.  

Para lograr transformaciones sistémicas, debemos cambiar la forma en que operamos, trabajando de manera más colaborativa, además de adoptar métodos como la promoción y la investigación. Como actores filantrópicos, priorizaremos la consistencia y coherencia, con transparencia, distribución de poder, gobernanza de recursos y análisis de efectos socioambientales para evaluar el resultado social promovido. Estos enfoques son fundamentales para hacer de la filantropía un motor de una mayor transformación que no se limite a resoluciones específicas, sino con una visión del ecosistema en su conjunto.

Brasil es rico en innovaciones en el área, con plataformas de donación en línea, jóvenes emprendedores sociales que aportan nuevas ideas, iniciativas que posibilitan trabajar con lo que tenemos en el país, además de sumar ejemplos que ocurren en todo el mundo. Los formatos filantrópicos internacionales predominantes actualmente son el americano y el anglosajón, lo que nos lleva a replicar acciones a partir de estos modelos.  

Usar buenos ejemplos es esencial; Sin embargo, es cada vez más necesario construir alternativas adaptadas a la cultura local, con articulación y vinculación nacional e internacional, pública y privada. Esta exigencia se ha vuelto aún más urgente con el Covid-19, que ha demostrado cómo todos los problemas locales son globales y nos llevará a buscar el equilibrio entre estos dos polos. Por lo tanto, la colaboración concreta implica construir vocabularios y objetivos comunes para utilizar experiencias internacionales y, al mismo tiempo, replicar y escalar modelos locales.  

Para que estas medidas funcionen, es esencial, en primer lugar, evolucionar la forma en que hacemos filantropía, empezando por enfrentar el miedo a los riesgos y aceptar que los fracasos también pueden ayudar. Parte del riesgo también es buscar nuevas asociaciones.  

Son muchos los factores en juego para fortalecer la filantropía y permitir ir más allá de la medición restringida al incremento de las donaciones y también permitir evaluar el impacto causado en el territorio, el municipio, el estado e incluso el país, promoviendo medios y transformación social a largo plazo.

Con esta actitud llegaremos a este nuevo modelo que buscamos, desarrollado en una sociedad civil atenta y alerta a los problemas sociales. Esta reformulación implica una nueva construcción cultural. No lograremos el resultado sin una transformación profunda de la sociedad.

Fortalezcamos una filantropía del consenso, de una agenda compartida de acción coordinada, guiada por el bien común. Una herramienta inclusiva que permita, con inversión social, desarrollar una comunidad menos desigual, donde se pueda combatir el hambre en este tiempo de crisis y donde se puedan mirar los futuros problemas estructurales, que serán aún mayores pospandemia.

La filantropía brasileña necesita invertir más en estructurar el ecosistema para garantizar fundaciones que permitan escalar el impacto colectivo. Corresponde a la sociedad civil organizada apoyar la construcción de modelos económicos y sociales que creen un entorno propicio para el desarrollo social colectivo. Nuestra misión es crear un Brasil mejor y más inclusivo, donde la filantropía pueda ser una parte integral de la construcción del país.

 

Por: Benjamin Bellegy – Director ejecutivo de WINGS, una red internacional que promueve la filantropía, y Carola Matarazzo – Directora ejecutiva de Movimento Bem Maior

Este artículo fue publicado originalmente en Correio Braziliense .