Invertir es más que acumular capital financiero; Se trata de construir algo que trascienda generaciones. Para las familias de alto patrimonio neto, el desafío no es sólo multiplicar los activos materiales, sino también crear un impacto que repercuta en toda la sociedad y la historia. En este contexto, las oficinas familiares emergen como actores clave, ayudando a las familias a navegar tanto en el universo de las inversiones financieras como en el campo transformador de las inversiones sociales.
Si bien los retornos financieros se miden tradicionalmente en cifras, los retornos sociales generan un tipo de riqueza diferente pero igualmente valioso: impacto positivo en la sociedad, resiliencia en las comunidades y progreso en cuestiones estructurales. Es una oportunidad para transformar la riqueza financiera en un legado de propósito.
Como se destaca en el estudio “Familias de alto patrimonio neto en Brasil – Inversión de impacto y filantropía” , elaborado por Sitawi , existe un inmenso potencial, aún inexplorado, para alinear las carteras financieras con causas sociales sólidas, como la inclusión productiva, la educación y la justicia social. Este enfoque estratégico va más allá de las donaciones tradicionales y amplifica el impacto para crear soluciones duraderas que aborden las complejidades del mundo actual.
informe “Arquetipos de Filantropía” , elaborado por Rockfeller Philanthropy Advisors , refuerza que las familias pueden adoptar diferentes perfiles de acción, ya sea invirtiendo directamente en causas o estructurando proyectos de impacto alineados con sus valores. El papel del capital privado en este escenario no es sólo llenar vacíos donde el gobierno o el sector tradicional fallan, sino asumir riesgos e invertir en soluciones innovadoras que puedan redefinir las políticas y prácticas sociales.
Para las family offices , la función va más allá de gestionar recursos; se trata de ayudar a los clientes a volver a aprender el concepto de "retorno". Esto implica integrar métricas de impacto social en los análisis financieros tradicionales, permitiendo que las decisiones de inversión consideren tanto los beneficios financieros como los sociales. Estudios como “Embracing Complexity” , realizado por Ashoka, Co-Impact, McKinsay&Company, Skoll Fountaion, Scwhab Foundation, Catalyst 2030 y traducido al portugués por Movimento Bem Maior, demuestran que los cambios sistémicos requieren un compromiso a largo plazo y un enfoque colaborativo .
Al adoptar una visión que combina la inversión social y financiera, las familias de alto patrimonio pueden transformar los desafíos en oportunidades, reimaginando su papel como agentes de cambio y consolidando un legado que trasciende la acumulación de bienes materiales. En este proceso, las family offices se convierten en catalizadores de esta transformación, promoviendo una nueva era donde la inversión es a la vez una ciencia y un arte, que combina retorno financiero e impacto humano.