Cuando alguien me pregunta por qué siempre refuerzo la importancia de la filantropía estratégica , suelo responder con otra pregunta comúnmente utilizada cuando se aborda el tema de la planificación: “¿Te subirías a un avión sin un plan de vuelo?”
Los filántropos apoyan causas con las que se identifican y en las que creen para la transformación que quieren en el mundo. Este es el destino del viaje, que puede involucrar varios ámbitos: salud, educación, emprendimiento, entre muchos otros.
Es precisamente la filantropía estratégica la que proporciona los medios para lograr el objetivo. Esenciales en este proceso, los indicadores y el seguimiento continuo del progreso con información transparente permiten corregir el rumbo y reforzar la confianza de los donantes e inversores en el proyecto.
La pandemia trajo buenos ejemplos de cómo los indicadores pueden apoyar la filantropía estratégica con información que refleje el momento que vivimos.
El Monitor de Donaciones , creado por la Asociación Brasileña de Recaudadores de Fondos (ABCR), permitió conocer la evolución y las variaciones del índice de donaciones, que superó el total de R$ 7 mil millones y reunió a más de 700 mil donantes.
La encuesta World Giving Index 2021 (WGI), realizada por la Charities Aid Foundation (CAF), refuerza la ola de solidaridad que vivimos en Brasil (un 31% donó más en 2020 que en los últimos cinco años).
Los datos demostraron la fuerza de la emergencia emergente, pero el despertar a la importancia de observar las cuestiones sociales, representadas por la letra S del acrónimo ESG (Environmental, Social and Governance), se ve amplificado por los cambios en el mercado, que ahora exige que las empresas tienen un propósito y un comportamiento socioambiental acorde con las mejores prácticas que se reflejan no sólo a nivel local, sino que promueven nuevos lineamientos globales.
Hay una exigencia que también se fundamenta en el sistema financiero , que comienza a imponer un mayor nivel de responsabilidad a las organizaciones.
Otro actor importante en este proceso es el mercado de consumo, con una nueva generación que resignifica valores, considerando aspectos que van más allá de las cuestiones de precio al momento de la compra.
Es una transformación que se produce rápidamente. Por ello, ya hemos empezado a ver un cambio que se refleja en del tercer sector .
Esta renovación tendrá un positivo y las instituciones conscientes del movimiento podrán beneficiarse, alineando su trabajo y proyectos con empresas que tienen propósitos similares.
Un detalle que vale la pena destacar es que cuando hablamos de evaluar resultados no debemos limitarnos a números, ya que el análisis es tanto cuantitativo como cualitativo. Necesitamos desarrollar métricas para la realidad brasileña que demuestren el impacto a largo plazo.
Con los indicadores es posible trazar estrategias sólidas y basadas en evidencia para maximizar cada inversión. Esta gestión beneficia a la comunidad y complementa el bien público.
La filantropía estratégica hace crecer las instituciones, las cuales se fortalecen a través de de decisiones asertiva , credibilidad y amplitud en la promoción de beneficios sociales.
Por Carola Matarazzo.
Este artículo fue publicado originalmente en el sitio web del periódico O Povo – CE .
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