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Guardianes del bosque: jóvenes amazónicos dando forma al futuro

4 minutos de lectura

Por Beatriz Waclawek

marzo de 2024
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No nos olvides.

inició Congreso de Jóvenes , organizado por la Fundación Amazonía Sostenible (FAS), en la comunidad de Tumbira, en Amazonas, a finales de marzo. Sesenta jóvenes de diferentes comunidades de los municipios de Iranduba, Carauari, Itapiranga, Novo Aripuanã, Uarini y la comunidad indígena Três Unidos se reunieron para, entre otras actividades, diseñar el Manifiesto Juvenil por el Futuro del Bosque.

Para quienes viven en una gran ciudad, el concepto de bosque a veces resulta lejano y se limita a un paseo, un sendero o una travesía. Para quienes viven en la selva amazónica, el concepto es diferente. El bosque es proveedor de vida, abundancia y sustento . A través de los ríos hay comida, a través del bosque hay recursos. Existe un vínculo, una conexión entre el bosque y sus habitantes. Ella se mantiene por ellos y ellos se mantienen por ella. En este contexto, resulta difícil entender cómo en un lugar de tanta riqueza y diversidad hay escasez y desigualdades.

La Amazonía es un territorio complejo en el que conviven muchas realidades y desafíos simultáneamente. Si el bosque no es atacado por la deforestación o la quema, lo es por la minería ilegal. Las comunidades indígenas viven bajo la constante amenaza de perder los territorios que les corresponden. En los ríos circulan piratas y roban a los habitantes de los ríos y a sus comunidades. La gente todavía vive sin acceso a Internet, electricidad o agua. Debido al cambio climático, la sequía es extrema y provoca un escenario de emergencia, aislando a las familias e impidiendo el movimiento. Además de la presencia de drogas ilícitas, crimen organizado, prostitución, corrupción, entre otros desafíos sociales a superar. La Amazonía es, de hecho, un territorio muy complejo.

En medio de esta complejidad se encuentra un suelo fértil, lleno de oportunidades y futuros posibles. En el corazón del bosque viven jóvenes ribereños e indígenas o, como ellos mismos se autodenominaban, “ los guardianes del bosque y su biodiversidad ”. Ávidos de conocimiento e insatisfechos con el status quo, buscan un nuevo camino. ¿Cómo ven estos jóvenes su futuro? ¿Cómo ven sus roles?

Fue con estas preguntas que comenzó el Congreso de la Juventud, evento realizado por la Fundación Amazonia Sostenible (FAS), en colaboración con el Movimiento Bien Mayor y el BNDES . Para explicar el congreso es necesario dar dos pasos atrás y comprender el papel del FAS en este escenario. FAS existe con el propósito de contribuir a la conservación ambiental de la Amazonía a través de la valorización del bosque en pie y su biodiversidad y el mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades ribereñas asociado a la implementación y difusión de conocimientos sobre desarrollo sostenible. La alianza busca fortalecer 11 redes municipales en Amazonas a través de la formación continua de docentes y gestores con prácticas pedagógicas innovadoras , así como la co-implementación del piloto de Nueva Escuela Secundaria en cinco escuelas de formación profesional para Jóvenes en las profundidades del Amazonas. El Congreso de la Juventud, que duró dos días, formó parte de las actividades derivadas de la colaboración.

Fueron necesarios tres días de viaje en barco para que todos los jóvenes llegaran a la comunidad de Tumbira, una realidad común dentro del contexto amazónico que trae consigo una reflexión sobre los desafíos del transporte escolar. La mañana del suceso, una joven llamada Carmem Lorayne nos contó su historia. Sus padres se opusieron al proyecto, no por falta de reconocimiento, sino por temor a perder una fuerza laboral importante en las actividades ribereñas. Aun así, la joven decidió participar y comenzó a experimentar nuevas actividades. Aprendió cuentos, actuó en obras de teatro, escuchó conferencias, participó en juegos, interactuó con diferentes personas, expuso sus sentimientos y dudas y comenzó, poco a poco, a emerger dentro de sí mismo como protagonista y voz . Fue invitada a asistir a la conferencia y aceptó entusiasmada con la posibilidad de salir de su comunidad por primera vez. Fueron dos días en el barco y todo el cansancio desapareció cuando llegó al lugar, tomó el micrófono y compartió su historia. Otros jóvenes también compartieron sus historias. Diferentes caminos, contextos similares.

El objetivo final, como se mencionó, fue salir con el manifiesto juvenil por el futuro del bosque , documento que será entregado a las alcaldías de sus respectivos municipios. Para muchos era la primera vez que salían de su municipio. La emoción fue grande y impregnó todos los días. Estar allí significó mucho para ellos. Mucho más que un simple manifiesto, el congreso fue una oportunidad para expresar su existencia, valorar sus orígenes y respetar sus historias. El evento continuó con charlas, intercambios y actividades, coordinadas y realizadas por el equipo pedagógico de FAS.

En cada actividad, un joven se manifestó. Con cada manifiesto se iba diseñando un futuro posible. “Soy protagonista de mi historia y, por eso, lucho por el mejoramiento de mi territorio, el fortalecimiento de mi comunidad y la permanencia de mi patria”, destaca uno de los extractos del documento.

Darle un protagonismo a los jóvenes implica concienciarlos de sus derechos como ciudadanos, entender que tienen voz y que esa voz es el futuro, darles espacio para expresarse y descubrirse.

Nace el manifiesto. El mensaje es claro: “aunque somos jóvenes, somos líderes, y porque somos líderes jóvenes conocemos nuestros derechos y nuestros deberes y queremos asegurarnos de que se implementen”. Fruto del trabajo ético y responsable realizado por FAS, la organización representa una oportunidad, una ventana, para los jóvenes. La organización aprende de ellos sobre sus saberes ancestrales, sus rutinas y tiempos y ellos aprenden de ella sobre su protagonismo, liderazgo y rol en la sociedad.

“La juventud es la solución para el futuro de la Amazonía y del mundo”. No podemos olvidar a los jóvenes que darán forma al futuro. Mientras haya acción y mientras esa acción pertenezca a la juventud activa, habrá esperanza de un futuro más digno, sostenible y justo.

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Esta publicación fue escrita por

Beatriz Waclawek, Gerente de Inversión Social