Su poder es la creatividad y su instrumento más valioso es su máquina de coser.
¿Cómo puede un estilista ayudar a desarrollar su comunidad y también llevar esperanza a las personas vulnerables? Para brindar a otras personas acceso a un trabajo digno Ronaldo Silvestre, Diseñador de Moda - quien según él trabaja como Diseñador Social - utilizó su don de creatividad para ofrecer una mejor calidad de vida a mujeres, jóvenes y madres de su tierra natal, Itabira ( MG), a través de la economía solidaria y el emprendimiento.
Ronaldo Silvestre es líder comunitario, fundador y presidente del Instituto ITI – Igualdad, Transformación e Innovación Social, fundado en 2009. La ONG trabaja en formación profesional, generación de ingresos, emprendimiento y equidad de género. Fotos/reproducción
Para entender la historia de Ronaldo, debemos recordar uno de los movimientos separatistas de la historia de Brasil, que se conoció como la Revuelta de los Sastres. En 1798, inspirado por los ideales de la Revolución Francesa –Igualdad , Libertad y Fraternidad– surgió la Conjuração Baiana, un movimiento separatista que tenía como objetivo abolir la esclavitud y satisfacer las demandas de los sectores más pobres de la población. Este contexto histórico vinculado a la indumentaria es el punto de partida de la conversación con Ronaldo Silvestre, quien explicó magistralmente el papel de la indumentaria, que va desde proteger el cuerpo hasta dividir las conchas. Y, más allá de eso, “es el arma que tenemos para las grandes revoluciones del mundo”, afirma Ronaldo.
Si en aquella época la gran lucha popular era por la independencia de la corona portuguesa, hoy muchas mujeres en Brasil siguen luchando por su independencia financiera, para darse a ellas y a sus hijos una vida más digna. Y es en esta historia donde Ronaldo participa efectivamente, aportando su contribución a la transformación de varias vidas.
Después de todo, ¿quién es Ronaldo Silvestre?
La respuesta llegó de inmediato: “¡un soñador!” Para él, su historia refleja la de su madre, quien siempre le enseñó a tener fe, esperanza y nunca dejar de creer.
Hijo de Eurídice Martins da Silva, una mujer que tuvo una vida difícil, se ganaba la vida lavando ropa y vendiendo pasteles en las calles del pequeño pueblo de Minas Gerais. A menudo cambiaba el servicio por ropa usada y material escolar, también usado, para regalárselo a sus hijos. Cuando pudo comprar su primera máquina de coser, la vida de su familia se volvió más próspera.
Desde pequeño, Ronaldo ha demostrado su talento creativo en el colegio, donde destacó en las clases de dibujo y arte. Sólo más tarde, cuando ya trabajaba en diseño industrial en una multinacional, decidió seguir su sueño de realizar un curso de moda en una universidad.
Pero el hilo conductor de su viaje llegó con el ecodiseño , una propuesta de diseño de moda más sostenible. De este movimiento, Silvestre produjo mucho y logró varios premios nacionales en la categoría de moda ecológica. Durante ocho años de su carrera, se dedicó a los proyectos sociales del Sebrae, brindando asesoría técnica a costureras de cooperativas de trabajadores rurales en diferentes rincones del país. Y nunca dejó de volcar su mirada y energía al trabajo social.
“Respetar nuestros orígenes para construir la transformación que tanto deseamos”
Después de pasar una gran parte de su vida en la región sur de Brasil, Ronaldo decide regresar a Itabira, esta vez con una misión: proponer una transformación social. “Entendí que si quiero proponer una transformación, es necesario que empiece desde mis orígenes”. La realidad que Ronaldo encontró en Itabira durante su regreso fue impactante, relata. Los amigos que estudiaron con él en la escuela ya eran abuelos a los 40 años, muchos de ellos fueron madres en la adolescencia.
Estas mujeres han vivido una vida de dificultades tanto económicas como psicológicas, factores que agravan su falta de desarrollo profesional y personal. Al tomar conciencia de esta realidad y darse cuenta de que contaba con todas las herramientas necesarias para plantar las semillas de la transformación que tanto deseaba, se fundó el Instituto ITI.
Sin embargo, los directivos de las ONG no viven sólo de sueños: es mucho trabajo voluntario y, desgraciadamente, por mucho que trabajes, es posible que aún escuches duras críticas y dudas sobre ti. Ronaldo dice que por su proyecto de desarrollo social fue incomprendido. Los políticos y empresarios locales preguntaron sobre sus intereses reales. “Ser resilientes y superar los prejuicios”, dentro de su ciudad, fue uno de los mayores desafíos que enfrentaron para sacar adelante el proyecto.
Y si no fuera por tu red de contactos y tus conocimientos, adquiridos a lo largo de tu carrera como diseñadora de moda, no sería posible desarrollar tu proyecto social. “Ser coordinador social significa entender las posibilidades que tienes y la forma en que puedes contribuir a que las cosas sucedan”, afirma.
Incluso con los “no” y todas las dificultades a lo largo de su camino, fue con aplomo que logró seguir adelante. Hoy el Instituto ITI es una fuente de inspiración para que otras ONG y personas se fortalezcan y se desarrollen.
En la foto, la actriz Letícia Sabatella viste ARTWEAR – Ronaldo Silvestre. Falda de tul bordada con restos textiles denim de Capricornio Têxtil. Rediseño textil producido por las mujeres del Instituto ITI. Reproducción de fotos/ Créditos: @nakaoamanda
“Cuando ayudamos a los demás aprendemos y estamos contentos con los logros del otro”
Para Ronaldo, los resultados medibles de su trabajo, hasta la fecha, están en aumentar la calidad de vida de madres y niños, quienes a través del curso de costura del Instituto ITI pueden tener una fuente de ingresos para sustentar a sus familias e incluso pagar una facultad.
“El [resultado] 'medible' es ver a una madre mayor de 40 años, con 3 o 4 hijos, preocupada por ir a la universidad, para mejorar su vida. Y lucha para que tu hija no siga el mismo camino que ella, ni quede embarazada siendo adolescente”. Al presenciar varias mujeres con historias similares a estas, en una ruptura de ciclos, Ronaldo cree cada vez más en el poder transformador que tiene una máquina de coser.
Con este deseo de hacer posibles nuevos futuros para otras personas, persigue sus sueños convirtiéndolos en realidades. Y deja un mensaje, especialmente para las personas que trabajan en el tercer sector y están a cargo de ONG: "Que nunca dejemos de creer y ser persistentes, en tener una visión del mundo que nos inspire a trabajar en ONG. Piensa que tú puedes ayudar a otras personas y otras ONG con tu trabajo, y que estás cumpliendo tu papel en el mundo. Es una construcción conjunta y al final todos luchamos por la misma causa”, concluye.